En todo Brasil este mercado tiene una facturación anual de alrededor de unos US$2.200 millones, lo que representa un 5% del total de las ventas del sector confección, de acuerdo con cifras de la Asociación Brasileña de Prendas de Vestir (Abravest).
Este auge está impulsado por el creciente número de personas con sobrepeso en Brasil. Datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indican que casi la mitad de los adultos se encuentran en esa situación: 51% de hombres y 48% de mujeres.
Ante este escenario, los grandes almacenes también se están dando cuenta de que hay un nicho en el mercado y una oportunidad de inversión. Es el caso de Carrefour y C&A, que lanzaron a finales del año pasado líneas de mayor tamaño.
"Hemos identificado una oportunidad de servir mejor a este segmento, tratando de democratizar el acceso a lo mejor de las tendencias mundiales de nuestro público", dice Paulo Correa, vicepresidente comercial de C&A.
Además de las marcas que han apostado por las líneas grandes, hay una tendencia al crecimiento entre compañías especializadas en esa moda.
"En los últimos tres años, la facturación ha aumentado un promedio del 30% anual", dice Vanessa Licciardi, de la marca Paulo Malindi, que sólo fabrica ropa de las tallas 42 a la 54.
"En 2012, hemos ampliado nuestra producción de 43.000 a 50.000 piezas", añade Licciardi. "Y el año pasado incrementamos nuestra planta de personal en un 20%".
Por internet
El crecimiento de este mercado también se refleja en internet, como demuestra la recién inaugurada línea Flaminga, una tienda en internet especializada en moda de talla grande.
"A la mayoría de los gorditos no le gusta comprar ropa en persona", dice Sylvia Sendacz, una de las socias de Flaminga. "Al hacerlo por internet evitan pasar por la humillación de los vestuarios".
La tienda en línea también explora otro nicho: la moda de talla grande dirigida a un público más refinado. "Nuestro desafío es convencer a las marcas en invertir en ropa de calidad de clase A para gorditas", dice la empresaria.
No resuelve, pero ayuda
"Por supuesto que todavía vivimos en una sociedad 'lipofóbica', pero estamos viendo cada vez más acciones dirigidas a revertir el estereotipo negativo y transformar la imagen de la gordita, para demostrar que también puede ser bella, sexy, feliz", opina la antropóloga e investigadora Marcella Uceda Betti.
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