Las favelas pacificadas de RĆo de Janeiro son ahora un nuevo destino turĆstico, gracias a los atractivos que la presencia policial ha descubierto para cariocas y visitantes, como las vistas al mar o sus restaurantes populares.
Desde 2008, el proceso de pacificación de favelas dirigido por el gobierno regional ha retirado a los narcotraficantes de muchas de estas comunidades para llevar unidades de policĆa, servicios bĆ”sicos como recogida de basuras y correos, y vastos programas sociales.
Muchos residentes han encontrado en el negocio de la restauración un modo de vida y, con ello, la llamada "Ciudad Maravillosa" tiene ahora nuevos locales que ofrecen una sabrosa variedad de comidas, desde especialidades brasileñas a los platos mÔs internacionales.
Algunos de estos locales, como el Bar do David, en la favela de ChapĆ©u Mangueira, próxima al turĆstico barrio de Copacabana, han ganado incluso fama internacional con su presencia en medios de comunicación de todo el mundo.
No muy lejos, en la comunidad de Vidigal, estĆ” la azotea donde en La tĆa LĆ©a se sirve abundante comida casera, previa reserva y con una doble vista a las abigarradas construcciones de la comunidad y al mar que baƱa las playas.
LĆ©a explica que comenzó a alquilar su terraza cuando invitó a almorzar al cónsul de Francia, para el que trabajaba, y advierte que ya mandó cartas a Barack Obama o Nicolas Sarkozy para que hagan lo mismo, aunque todavĆa espera respuesta.
El cineasta SĆ©rgio Bloch, que publicó dos guĆas con los mejores puestos de comida ambulante de RĆo, editó este aƱo un libro sobre los mejores restaurantes de las favelas y las historias de sus carismĆ”ticos dueƱos.
Bloch tuvo la idea cuando realizaba un documental en las comunidades pacificadas y cada dĆa buscaba lugares para almorzar junto a su equipo.
Con sus colaboradores visitaron 97 establecimientos de once favelas, buscando locales bajo los criterios de comida, higiene y el atractivo de las historias personales de sus dueƱos.
SegĆŗn el director, "la comida es un pretexto ideal" para conocer estos lugares, desde la barriada de ProvidĆŖncia, cuyo bar Favela Point sirve un batido de caramelos y vodka, hasta la de Dona Marta, que el primer sĆ”bado de cada mes celebra un espectĆ”culo de samba con "feijoada", el plato nacional, con arroz, frĆjoles y carne de cerdo.
En el Bar Lacubaco, tambiĆ©n en la favela de Vidigal, su dueƱa, FabĆola Barroso, cuenta a Efe que hace cuatro aƱos buscaba "un complemento" para los ingresos que recibĆa como fisioterapeuta, para lo que enroló en la empresa hostelera a su marido, FĆ”bio Freire.
Barroso explica que ahora, tras mucho aprendizaje, intentan innovar constantemente y ofrecen platos como la "peixoada", una adaptación de la "feijoada" con frutos de mar en vez de carne, o el filete de "picanha" (un corte de ternera) con salsa de piña.
El Bar Lacubaco estÔ en la calle principal de Vidigal, la avenida João Goulart, y desde allà se puede contemplar el océano AtlÔntico mientras se toma un solomillo de ternera con guarnición de arroz a la piamontesa, una de las especialidades de la casa.
Para FabĆola, quien se va a apuntar a clases de gastronomĆa para perfeccionar su tĆ©cnica, estos cuatro aƱos tienen una recompensa: "Todo el mundo elogia (el restaurante), cada vez viene mĆ”s gente. Es lo que queremos. Hacemos la comida como si fuese para nosotros".
SĆ©rgio Bloch refrenda esta opinión: "Lo que encuentro mĆ”s interesante es esa respuesta afectiva, emocional que (los dueƱos de los establecimientos) tuvieron" tras la publicación de la guĆa.
"Muchos dicen: '¡Caray! Nunca tuvimos tanta visibilidad, tanto reconocimiento a nuestro trabajo'", comenta mientras desde la cocina del Bar Lacubaco siguen saliendo platos para deleite de cariocas y turistas.
EFE / LIM



























