Mientras el nuevo presidente de China, Xi Jinping, continúa en su primer viaje al extranjero desde que asumió su mandato, una particularidad se vuelve cada vez más evidente: tendrá que compartir el escenario con su esposa Peng Liyuan.
Una sonrisa, un gabán negro y un elegante y sencillo bolso, le bastaron a la primera dama –una conocida cantante de música folclórica– para robarse el escenario el viernes pasado, durante la visita del presidente chino a Moscú.
Al día siguiente, para ilustrar el encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin, los periódicos más importantes de Pekín reemplazaron la tradicional imagen del apretón de manos entre el mandatario chino y su anfitrión, por una fotografía de Xi Jinping junto a su esposa.
Y mientras acompaña a su marido en sus visitas a Tanzania y Sudáfrica, la nueva primera dama sigue causando sensación en los medios de comunicación y redes sociales.
¿Cantará en alguno de los actos oficiales? ¿Dará algún discurso sobre el problema del sida (es embajadora de salud de la ONU)?, especulan una y otra vez mientras alaban su estilo y glamour.
Agencias / LIM


















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